Cómo cambiar un inodoro

¿Has pensado alguna vez en cuánto esfuerzo requiere realmente cambiar un inodoro? Quizá te sorprenda saber que no es tan complicado como parece. Desde la compra del modelo adecuado hasta la instalación final, hay varios pasos cruciales que debes seguir para asegurarte de que todo funcione correctamente. Vamos a entrar en detalles sobre cada uno de ellos, pero antes de eso, déjame hacerte una pregunta: ¿qué harías si al intentar instalar el nuevo inodoro, algo no encaja bien o empieza a haber una fuga? ¿Pausarías todo y llamarías a un plomero? Quizá no sea necesario si sigues estos pasos detallados.

El primer paso es asegurarse de tener todas las herramientas necesarias: una llave inglesa, una espátula, un sellador de silicona, tornillos de sujeción, una junta de cera nueva y un par de guantes. No olvides cortar el suministro de agua antes de empezar, esto es clave para evitar desastres. Después de eso, procederás a desmontar el inodoro viejo. Parece un trabajo sucio, pero la verdad es que con las herramientas correctas, es más fácil de lo que imaginas. Simplemente desenrosca los tornillos que fijan el inodoro al suelo y levántalo con cuidado.

Una vez fuera el viejo inodoro, es el momento de limpiar la base. Asegúrate de eliminar los restos de la junta de cera vieja y otros residuos. Este paso es crucial, ya que un mal sellado puede llevar a futuras fugas de agua. Con la base limpia, coloca la nueva junta de cera en su lugar.

Aquí es donde comienza la parte emocionante. Colocar el nuevo inodoro requiere precisión, especialmente al alinear los orificios de los tornillos con los del suelo. Baja el inodoro lentamente sobre la junta de cera, asegurándote de que quede bien alineado. Luego, ajusta los tornillos de sujeción sin apretar demasiado, ya que esto podría romper la porcelana.

¿Estás todavía conmigo? Hasta ahora, el proceso ha sido sencillo, pero aquí viene una parte que muchos pasan por alto: el sellado. Usar un buen sellador de silicona alrededor de la base del inodoro es esencial para evitar filtraciones. Recuerda que el agua siempre encuentra su camino, así que este paso no debe tomarse a la ligera.

Finalmente, vuelve a conectar el suministro de agua. Abre lentamente la llave para llenar el tanque y verifica si hay fugas. Si todo está bien, ¡felicidades! Has instalado tu nuevo inodoro con éxito. ¿Quién dijo que necesitabas un plomero para esto?

¿Y si hay problemas? A veces, incluso los mejores proyectos de bricolaje pueden tener inconvenientes. Si notas que el inodoro se tambalea o no está bien alineado, es probable que la junta de cera no esté bien colocada o los tornillos no estén ajustados correctamente. En ese caso, tendrás que repetir algunos de los pasos anteriores. Pero no te desanimes, cada intento te acercará más a la perfección.

Cambiar un inodoro es una habilidad que no todos poseen, pero con esta guía detallada, ahora puedes enfrentarte a este desafío con confianza.